Decoración, estrategia de ubicación y filosofía zen. Tres pilares básicos a la hora de lograr lo que todo el mundo busca cuando entra en su habitación: tener un descanso reparador y sentirse relajado
Esa frase tan famosa de “Hogar, dulce hogar” es 100% real. Al menos, eso es lo que todo el mundo busca cuando entra en su casa: sentirse seguro y feliz. En este sentido, el aspecto psicológico es fundamental, pero la decoración también juega un papel importante.
Hoy quiero hablarte de ello; o más concretamente, de cómo decorar la habitación para conseguir un buen descanso. ¿Por qué? Primero, porque los cuartos de dormir son una de las estancias preferidas por los humanos (después del salón o de la cocina en algunos casos) y en segundo lugar, porque un buen descanso nos hace más felices.
Y, ¿qué influye en ese descanso y felicidad? Los elementos que utilicemos en la decoración, el lugar donde los coloquemos, los colores que utilicemos o el orden, principalmente. De hecho, ¿sabías que los expertos en psicología del hogar recomiendan hacer pequeños cambios en la decoración cada temporada?
No se trata tanto de comprar nuevos elementos de decoración, sino más bien de cambiarlos de lugar o, por ejemplo, poner fotos nuevas en casa que nos aporten buenos momentos y que en aquellos en los que no nos encontremos bien, nos suba la moral.
Así que si estás buscando tener un descanso reparador cada noche y sentirte cómodo en tu propia habitación, toma nota de los siguientes puntos que voy a destacar.
Orden y minimalismo
Diferentes estudios y filosofías, como la Zen, han demostrado que un lugar desordenado o con demasiadas cosas estresa al cerebro y no le deja descansar. Así que siempre que te sea posible, mantén el cuarto ordenado y libéralo de todo aquello que no sea necesario.
Puedes comenzar por los armarios, donde sólo dejes las prendas que utilizas y tires todas aquellas que sabes que no vas a ponerte (es importante ser muy sincero con uno mismo). También puedes dejar sólo las prendas de la temporada, aunque técnicas como la de Marie Kondo.
Después, sigue con los objetos que tengas en tu habitación. ¿Estás seguro de que necesitas todos? ¿Puedes llevarlos a otra estancia que esté más libre? Quizá, algunos puedan entrar dentro de otros. Piénsalo bien y deja que tu cuarto esté despejado. Así también te resultará más fácil ordenarlo.
Y algo muy importante, aunque muchas personas no lo piensen: haz la cama todos los días. Una habitación con una cama sin hacer da la sensación de desorden y eso descoloca.
Colores relajantes
Salvo que sea una estancia en la que además de descansar también vayas a estudiar, por ejemplo, los colores que se recomiendan en paredes o muebles para que tu cerebro descanse, son los siguientes:
- Azul: un tono medio a ser posible, pero también podrías combinar el claro en la zona que enfoca la vista cuando quiere descansar y más intenso en la de estudio, por ejemplo.
- Verde: por ser relajante y frío, si bien es cierto que las tonalidades de verde más llamativas tienen el objetivo de alegrar y pueden llegar a cansar si se mantiene ese color durante muchos años en la habitación.
- Lila: que se puede combinar a la perfección con el color blanco, dando así más luminosidad y amplitud a la estancia.
Personaliza tu hogar
Lo haces en el resto de las estancias, ¿por qué no ibas a hacerlo en la habitación? Marcos de fotos, frases inspiradoras o láminas con la imagen de algún personaje inspirador harán que te sientas en tu rincón favorito de la casa.
¿Tienes sitio para una butaca junto al ventanal? El sofá nórdico de una plaza es ideal para habitaciones de estilo minimalista para lectores acérrimos. ¿En él te puedes relajar las mañanas o tardes que tengas tiempo, mientras lees tu última novela o antes de meterte a la cama.
Si la habitación es compartida en pareja y tenéis gustos dispares, busca aquello que os une o, simplemente, deja la habitación lo más minimalista posible. Después, cada uno puede tener sus armarios o cajones para tener sus artículos preferidos y siempre tendréis fotos de pareja o de la familia que queráis compartir en vuestro nidito de amor.
Iluminación suave y natural
Al menos, en la medida de lo que se puede, procura tener una habitación que tenga el mayor número de horas de luz natural posible. De hecho, ésta es una de las cosas que tienes que tener en cuenta a la hora de hacer el reparto de las estancias en una casa.
En cuanto a la iluminación artificial, ésta que sea lo más suave posible. Piensa que en la habitación lo que más vas a hacer es descansar y para ello no necesitas tanta luz, especialmente si la misma tiene grandes ventanales.
Si hubiera espacios en los que necesites más luz, por ejemplo, el escritorio o los armarios, puedes optar por poner lámparas de pie o apliques de pared estilosos en el primer caso, como la réplica de la lámpara Serge Mouille o la lámpara de pared Duck Vitange del mismo autor. En el caso de los armarios, existen multitud de opciones muy sencillas, como tubos led que se pegan a la pared y que luego tú puedes coger para mover la luz por dentro del armario o si prefieres algo más vintage, podrías utilizar la bombilla Edisson.
En resumen
Tu habitación tiene que estar lo más despejada posible, acorde con tus gustos y con colores e iluminación, lo más naturales posibles. Y tú, ¿qué otros trucos utilizas?
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