Es elegante, discreto y fácil de combinar. El estilo nórdico es uno de los más exitosos en la decoración moderna y hoy queremos explicarte cómo puedes aplicarlo a tu salón y disfrutar en él como un auténtico habitante de estas tierras
Hace algunos días te hablé sobre cómo encontrar el estilo de decoración que más va con tu personalidad y cómo aplicarlo en tu casa. El estilo nórdico fue uno de los que hablé. Un tipo de decoración que gusta a un amplio grupo de personas por la sencillez de sus líneas, pero que encaja como anillo al dedo entre aquellos a los que les gusta disfrutar de la tranquilidad de su hogar; a los que disfrutan con lo básico y ven en ello la elegancia y el estilo que buscan.
En definitiva, a personas tranquilas, a las que les gusta leer y escuchar música en la intimidad de su casa y que odian el caos o los estilos más recargados y coloristas, porque les crispan los nervios. ¡Ojo! Esto no quiere decir que todo sea blanco y de madera, ya que sí que introducen colores, pero en elementos puntuales, a diferencia, por ejemplo, del estilo hippie, donde el color es protagonista.
¿Eres tú una de esas personas? Probablemente, la respuesta sea que sí ya que te has parado a leer este artículo. Por eso, hoy quiero hablarte del estilo nórdico y, en concreto, de cómo introducirlo en tu salón; el cual, sin duda, será uno de los lugares en los que más te guste estar en tu casa.
Historia del estilo nórdico en decoración
Es cierto que este estilo de decoración es uno de los más empleados en la actualidad, pero ¿sabías que el término se acuñó por primera vez en 1954? Así es. Y fue a raíz de una exposición que recorrió Norteamérica, donde se quiso mostrar el estilo de vida y de decoración de los países escandinavos.
Más de 60 años después, este tipo de decoración está más presente que nunca en las casas europeas, aunque sus inicios se sitúan entre las dos guerras mundiales. De hecho, antes de que se acuñara este término a nivel internacional, ya en 1930, durante la Exposición de Estocolmo, se comenzó a plasmar este estilo, donde se combinaba el material por excelencia de estos países, la madera, con el uso de la modernidad, siendo el objetivo crear espacios luminosos, alegres y cómodos. Unos principios que se mantienen a día de hoy.
Al comienzo, este estilo de decoración sólo hacía referencia a Noruega y a Suecia, pero con el paso del tiempo también se incluyó a Dinamarca, Estocolmo y Finlandia. Del mismo modo, también se fueron introduciendo otros materiales como el plástico y las resinas, a partir de los años 60.
Características del estilo nórdico
Teniendo en cuenta que este tipo de decoración tiene como objetivo crear espacios luminosos y cómodos, las características básicas del mismo son las siguientes:
- Piezas funcionales: esto no quiere decir que no sean estilosas, pero sí que tiene que prevalecer la utilidad, frente al diseño. Algo que no es de extrañar teniendo en cuenta que este tipo de decoración fue creada, como decíamos, entre dos guerras, cuando la gente buscaba, precisamente, muebles duraderos y que dieran respuesta a sus necesidades.
- Luminosidad: ésta se busca tanto a la hora de escoger los espacios, como en el momento de la elección de los muebles. Nunca se buscarán aquellos que resten luz; todo lo contrario. Por esos, el color fetiche de este tipo de decoración es el blanco.
- Calidez y sencillez: la madera es otro de los elementos presentes en este estilo, precisamente por la calidez que aporta la misma a la decoración (además de que era el material por excelencia que se utilizaba en estos países). A esto se añade que los muebles y otros productos de decoración que se utilizan tienen líneas rectas o curvas, con el objetivo de hacerlos lo más sencillos posibles (pero siempre con gusto) y, por supuesto, no recargando los espacios.
- Naturaleza: tanto los materiales que se utilizan en los muebles, como los textiles de los mismos han de ser lo más natural posible. A esto se suma que la propia naturaleza también suele estar presente en estos espacios, a través de plantas de hojas verdes oscuras (por lo general), que también dan un toque de color a la decoración.
Por último, resaltar que los objetos hechos a mano, aquellos con formas geométricas y los que aporten un toque familiar, también estarán presentes en los hogares donde reine este tipo de decoración.
Decoración de estilo nórdico para tu salón
El salón es, precisamente, uno de los lugares que más se cuidan en las casas nórdicas. Aquel donde se hace vida familiar y se acoge a las visitas. Por eso, hoy queremos centrarnos en darte algunas ideas de muebles que puedes incluir en tu salón de estilo nórdico:
- Sofá: ha de ser cómodo y amplio a ser posible o que haya varios, donde de dos a tres personas puedan estar tranquilamente sentadas. Tal es el caso, por ejemplo, del sofá nórdico vintage de 3 plazas; del sofá nórdico Laureen con el mismo número de plazas, para dar un toque de color y elegancia a tu salón; o el sofá nórdico Vera, de 2 plazas.
- Butacas: para esos momentos de lectura y bienestar, en los que no faltan una buena taza de té y donde de verdad te sientes única, te recomendamos, entre otros, la butaca Graham y la Norwich. ¡No querrás levantarte de ellas!
Entonces, ¿estás preparada para tener tus momentos higgies? ¡Disfruta de tu hogar!
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